Cuando un historiador o archivero se apresta a estudiar o investigar algún aspecto de las elecciones pontificias de los siglos XX o XXI, se encuentra que la documentación existente, poca realmente, se halla bajo custodia en el Archivo Secreto Vaticano. Esta documentación contiene solamente las actas redactadas en cada una de las votaciones del cónclave, sin otra documentación alguna pues los diversos motu proprio de los papas (el motu proprio es un documento pontificio con el que el papa “por decisión propia” legisla sobre algún aspecto generalmente de carácter canónico, jurídico o litúrgico), a lo largo de la historia y sobre todo recientemente, han insistido en la necesaria destrucción de la documentación producida durante el cónclave. La palabra cónclave, casi sin necesidad de mucha imaginación ni esfuerzo, nos lleva a un ambiente romano y concretamente al marco sugestivo y magnífico de la Capilla Sixtina en el Vaticano. Estas páginas no quieren ser ni una historia de los cónclaves ni de la evolución misma del proceso de elección del obispo de Roma (no olvidemos que el papa es el titular de la sede apostólica romana). Nos proponemos evidenciar algunos aspectos de carácter archivístico y documental que giran en torno a uno de los procesos electivos que a lo largo de la historia ha generado seguramente mayor interés y curiosidad.