La inclusión en archivos es fundamental para garantizar el ejercicio de derechos y acceso equitativo al conocimiento y la preservación de la diversidad cultural. Al fomentar la participación de grupos tradicionalmente marginados, no solo podemos enriquecer nuestras fondos con perspectivas más amplias y representativas, sino que también creamos espacios más accesibles y acogedores para toda la comunidad. Acometer e incentivar la inclusión implica reconocer y corregir desigualdades, adaptando nuestras prácticas para que todos, independientemente de su origen, identidad o capacidades, puedan beneficiarse de los recursos y servicios que ofrecen estas instituciones. En el artículo central de este número los autores nos dan una serie de recomendaciones para que las personas con discapacidad, trastornos o necesidades específicas de apoyo puedan ejercer esos derechos.