Los archivos son el resultado de la gestión de las organizaciones, al tiempo que son una necesidad para esa misma gestión; cuanto mayor es la organización mayor complejidad adquiere el archivo y mayor es la necesidad de tenerlo organizado y a disposición de los gestores. También dentro de las organizaciones criminales. Por ejemplo, de los grandes conglomerados terroristas internacionales que hemos visto en los últimos años, que requieren un gran nivel de profesionalización en su actividad (se juegan en ello la supervivencia, como grupo y como personas), cuyo máximo exponente es Al Qaeda. Operando en numerosos países al mismo tiempo, con una estructura compleja, internacional, con diferentes tipos de acciones desarrollándose al mismo tiempo, y con los ejércitos, servicios secretos y policías de varios países pisándoles los talones en todo momento, en una organización como esta la organización del archivo y la gestión de sus documentos son cuestiones vitales. Tanto para posibilitar la disposición inmediata de los documentos, como para acceder a la información o para hacerlos desaparecer en caso de peligro; esto unido al hecho de que la oficina se tiene que mover con frecuencia, huyendo de las autoridades (un poco como las cortes medievales). Todas estas circunstancias y las consecuencias fatales que tiene una mala praxis en esta gestión hacen que el archivo sea de vital importancia dentro de este tipo de organizaciones.