Son muchos los alimentos que reciben grandes elogios, productos culinarios que son continuamente enaltecidos por su sabor, su versatilidad o su exclusividad. Otros, sin embargo, aunque estén presentes en la mayoría de las cocinas, son denostados o pasan completamente desapercibidos. Su sencillez, su abundancia o su bajo precio hacen que reciban menos aclamaciones. La cebolla es un claro ejemplo. A pesar de sus múltiples usos culinarios, de sus bondades nutritivas, de su facilidad para el cultivo o de su omnipresencia en el planeta, poco se habla de esta hortaliza.