Entre las ideas para este número surgieron bastantes relacionadas con las bambalinas de la revista: quién está detrás en su redacción, montaje, lectura, cuál ha sido su evolución… Sin embargo, en aquel momento nada afloró sobre un discreto personaje que aunque fundamental, apenas asoma al público más allá de los créditos y que a mi entender, es piedra angular y gran culpable de haber llegado hasta aquí: el Editor. Así, con mayúsculas, como los superhéroes: con superpoderes, pero sin capa; el alter ego de un tipo aparentemente normal, conocido por todos como Luis Hernández Olivera.