De unos meses a esta parte, todos hemos escuchado decir a determinados analistas políticos que si nada lo detiene, estamos abocados a vivir un gran conflicto bélico a nivel mundial. En efecto, al menos desde una mirada europea, acontecimientos como la masacre perpetrada por DAESH el pasado noviembre en París parecen apuntar que tal vez así sea. Que de nuevo nos sobrevuela el terror infligido en nombre de algún credo, y que seguirán siendo los mortales de a pie los que paguen con sus vidas por las locuras, los intereses y los juegos de poder de sus benditos líderes.
En este triste contexto, que no podemos obviar, la British Library ha anunciado su negativa a comprar, siquiera recoger, el mayor archivo digital de documentos relativos a otro régimen del horror, el talibán. Los documentos en cuestión, que se han reunido entre los años 2006 y 2011 en el marco del denominado “Taliban Sources Project”, datan en su mayoría de la década de 1990, cuando Afganistán sobrevivía entre fuego cruzado, dominado por Osama Bin Laden, líder y fundador de Al-Qaeda. El fondo contiene diferente documentación militar, edictos y libros acerca de la ley Sharia, dossiers de prensa y revistas, transcripciones de emisiones de radio, mapas, e incluso poesías escritas por los propios soldados talibanes. En definitiva, un archivo de gran interés académico depositado en Afganistán que, por miedo a su desaparición física, había comenzado a digitalizarse con el apoyo de una empresa privada, Thesigers, siguiendo los estándares de la calidad de la propia British Library.