De un tiempo a esta parte se ha generalizado en las empresas el uso de servicios en la nube como Dropbox y Google Drive gracias, fundamentalmente, a la fácil adaptación a ellas por parte de los empleados y al coste nulo de implementación y mantenimiento del servicio. Pero, por otro lado, externalizar los servicios de almacenamiento e intercambio de datos puede dar lugar a fugas de información, con un alto coste para la empresa, tanto por la pérdida o corrupción de los datos, como por las posibles repercusiones legales que dicha fuga conlleve atendiendo a la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de Datos de Carácter Personal con sanciones desde 40.000€ hasta 600.000€. ¿Una empresa no debería crear su propio sistema en nube de gestión de datos de forma segura antes que afrontar el riesgo de una sanción de tal calibre?