Diversos investigadores revelaban el pasado mes de octubre al periódico australiano Sidney Morning Herald que decenas de archivos de la Segunda Guerra Mundial parecen haber sido censurados en los últimos veinte años por los Archivos Australianos. Al parecer, se trataría de información sobre colaboracionistas, localizaciones de tumbas de civiles asesinados durante el conflicto y oscuros detalles de torturas y asesinatos cometidos contra soldados australianos. Información que quizás fue considerada demasiado espantosa para que fuese revelada a la ciudadanía australiana.