Salvo catástrofe -que todo puede pasar-, cuando lea usted estas páginas, España contará por fin con una ley de transparencia y acceso a la información pública. Lo de que satisface, después de tanto tiempo, las expectativas creadas, ya no los veníamos oliendo, a la vista, por ejemplo, del poco transparente proceso de elaboración de la norma. Veamos, si no, el sitio web montado al efecto <http://www.leydetransparencia.gob.es/>. Lo ideal habría sido, qué se yo, ir poniendo las distintas versiones del anteproyecto; los informes oficiales que se hubieran emitido al respecto; cómo no, los comentarios remitidos por personas y organizaciones –o, al menos, una selección de las más de 3.600 aportaciones o resumen- en el escaso plazo de quince días que habilitaron al efecto; un seguimiento de la tramitación del proyecto, una vez remitido al Congreso… Pero no.