Dicen que ojos que no ven, corazón que no siente, y cuando hablamos de documentos digitales, algo de esto hay. Como no tenemos habitaciones abarrotadas de armarios, carpetas y papeles, parece que todo es etéreo, limpio y fácil; sin embargo, hay mucho más de tangible de lo que podría parecer. A las grandes compañías e instituciones no les cabe duda: sus centros de datos son sofisticadas infraestructuras que no paran de crecer en lo físico y en lo lógico.