La obligación de la gestión documental fue impuesta por la Ley de Protección de la Infancia de 1988 de Estados Unidos. La norma exigía, para las películas grabadas después del 1 de noviembre 1990, conservar y tener disponibles los documentos que demostrasen que cada uno de los actores, actrices y modelos que participasen en las escenas donde se realizasen actividades sexuales explícitas eran mayores de 18 años. Para respaldar la verificación se obligaba a proporcionar en los créditos y etiquetas de la película la dirección de la sede comercial donde se custodiaban los mencionados registros. Una enmienda de 2006 imponía las mismas obligaciones de registro y etiquetado a las películas en las que el sexo era simulado.