Con qué razón decía Cayo Tito al senado romano aquella famosa y manida cita “verba volant, scripta manent”, o lo que es lo mismo, las palabras vuelan y sólo lo que está escrito permanece. Hoy, en plena revolución tecnológica, cuando la ingeniería informática va diez pasos por delante de nuestras necesidades reales, hemos olvidado que la rueda se inventó hace ya mucho tiempo. A veces damos por sentado -en especial las generaciones más jóvenes, que curiosamente por ser nativas digitales deberían tenerlo aún más claro- que la rápida obsolescencia de las TIC puede ser sinónimo de olvido, que lo que ha sido digitalmente escrito puede borrarse con facilidad. Pero eso no es cierto. O al menos, no del todo. Porque los datos digitales perviven y, a veces, para bien.