Este mes de enero una sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo, traía de nuevo a la palestra el eterno dilema laboral entre el derecho a la privacidad del empleado y el derecho del empleador a controlar a sus trabajadores. Dicho Tribunal falló en contra del ingeniero rumano Bogdan Mihai Barbulescu, que en 2007 fue despedido de su compañía por usar la plataforma de mensajería instantánea Yahoo Messenger, con fines personales y no puramente profesionales.