En tiempos en los que los soportes documentales tradicionales parecen haber salido de la actualidad archivística en detrimento de los digitales, tal vez no esté de más analizar uno de los últimos trabajos sobre la conservación de fondos en papel.
El profesor, Matija Strlic, especialista en patrimonio sostenible, publicaba a final de año las conclusiones de un estudio cuyo objetivo es prever con la máxima exactitud posible la durabilidad real de los documentos. Es decir, en qué momento una gran biblioteca o archivo llega a un punto de envejecimiento en el cual su reparación es ya imposible.