Hace semanas que vengo dando vueltas a una cosa con respecto al uso que hacemos los archiveros de Twitter. ¿Lo empleamos bien o mal? ¿Aprovechamos toda su utilidad? No me refiero a las cuentas institucionales (un archivo, una asociación profesional) –acaba de salir un artículo de E. Tarradellas en el último Lligall en el que analiza esta cuestión-, sino a cómo lo usamos nosotros, los usuarios de a pie. Y qué queréis que os diga… Hay algunas cosas que, personalmente, no me gustan.