Descripción de la publicación
Olvídense de incuestionable economía; lo que siempre ha preocupado ha sido la comida. Tan vital materia tiene su reflejo en los archivos. Más allá de los recetarios podemos encontrar rastros gastronómicos en multitud de documentos. De ello se ha encargado Natalia Fernández, que en un delicioso artículo recorre diversos archivos donde podemos encontrar desde licencias que eximían de impuestos a los feriantes hasta la lista de precios de los figones de Madrid allá por 1679. La gastronomía no solo nos habla de lo que se come en cada época, nos habla de la historia del pensamiento, de la antropología, la legislación. Ya las Siete Partidas de Alfonso X determinaban lo necesario para abastecer las despensas de los castillos. La documentación hacendística, la militar, la notarial, la judicial… en todas encontramos asuntos relativos a la alimentación: los impuestos nos revelarán qué se comía, la intendencia de que se proveían los ejércitos, la notaría nos muestra contratos de suministros, sentencias judiciales por asuntos de comida como la acontecida ente la princesa de Éboli y su despensero…
En la revisión de actualidad documental tratamos el tema de la transparencia y de su inevitable relación con los archivos; relatamos la salvación de los manuscritos de Tombuctú, y contamos cómo las protestas ciudadanas evita el cierre de archivos y cómo la justicia ordena abrir los eclesiásticos para luchar contra los abusos sexuales.
En el bloque técnico desarrollamos el tema de la muerte online para saber qué hacer con la herencia digital, realizamos una crónica del CNIS (Congreso Nacional de Interoperabiliad y Seguridad) y comentamos las posibilidades del ADN como almacén de información y el descubrimiento de un algoritmo que data los documentos medievales.
