Quizá por una cuestión de mimetismo, siempre se ha creído que la práctica de encuadernar libros con piel humana responde a otra de las tantas conductas horrendas cometidas al amor del régimen nazi de Adolf Hitler. Pero nada más lejos de la verdad. Ahora, una reciente investigación nos lleva a profundizar en una oscura realidad que tiene siglos de antigüedad