Núm. 89Un archivo en el garaje. Automóviles y documentos

La documentación es imprescindible para poder circular. Necesitamos un permiso de conducción, el recibo del seguro del coche y el impuesto de circulación. Pero la documentación asociada al universo automovilístico no se reduce a esos imprescindibles documentos. Solo para el diseño y fabricación de un coche la cantidad de documentos que se produce es ingente: estudios de mercado, diseño, documentación técnica de cada uno de los componentes del vehículo, tarjetas de inspección técnica, actas de ensayo y homologación… En resumen, se documentan todas las características del vehículo y su certificación para poder circular con seguridad de acuerdo con la normativa vigente. La evolución de los automóviles ha ido pareja a la evolución de la documentación generada por esta industria y por la administración que regula la automoción. Ricardo Sanz Escobar, del Museo de Historia de la Automoción de Salamanca, analiza en las páginas centrales de este número toda esa documentación y expone el proceso de catalogación de vehículos históricos.

En el repaso a la actualidad documental abordamos un  tema de máxima actualidad, el llamado Caso Snowden, un ex agente de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), que ha puesto de manifiesto un sistema ideado por el Gobierno de Estados Unidos de Norteamérica para oír conversaciones telefónicas de ciudadanos anónimos y leer sus correos electrónicos o sus referencias en las redes sociales. Asimismo relatamos como en otros países la destrucción de documentos puede poner fin a una carrera política y comentamos la iniciativa para documentar atentado terrorista que tuvo lugar en el maratón de Boston del pasado 15 de abril.

En el bloque de noticias de metodologías profesionales Luis Crespo señala los riesgos del uso  de los guantes blancos para la manipulación de documentos y comentamos el fiasco del proyecto de digitalización de los contenidos audiovisuales de la BBC. En la parte cultural nos hacemos eco de la relación de los archivos con el cine (los archivos en la Guerra Fría a través de la película El Topo), la literatura (el patrimonio discográfico en la novela Telegraph Avenue), arte (exposición sobre Pasolini), tecnologías (blogs para controlar la estrategia de ciberespionaje global) y moda (el archivo de Yves Saint Laurent)