En los últimos diez a quince años la profesión archivística en Australia ha estado agitada. En esencia, la profesión se ha estado reinventando a sí misma y el modo en que lleva a cabo y conceptualiza sus actividades. Este proceso no está finalizado, ni mucho menos, y no es de ninguna manera universal. Se siguen atacando muchas cuestiones y posiblemente siempre sea así. Este proceso no se ha visto limitado a las fronteras australianas. Aunque se inspira en tradiciones locales, las tendencias e influencias internacionales han participado en el proceso y éste a su vez ha influido y participado en desarrollos internacionales. Las conversaciones continúan, y es de esperar que nunca terminen.